¿Porqué las digitaciones antiguas?
No se trata de un ejercicio de “snobismo”, ni de un prurito historicista. Las así llamadas digitaciones antiguas —las que
nos transmiten las antiguas fuentes— son útiles para facilitar la ejecución,
ayudar a imprimir una acentuación determinada y a emplear un determinado toque,
que implica mantener la mano “armada” (conservando una posición determinada,
véase página “el toque”).
Presupuestos para el empleo de las digitaciones antiguas:
El empleo de estas digitaciones está vinculado a su vez a los siguientes presupuestos:
- El toque propio de la música antigua (mano armada).
- La articulación non legato.
- La desigualdad que debe afectar a las figuras menores (“tañer con buen ayre”)
- La naturaleza del tacto, tracción y calado del instrumento histórico.
Principios:
Su realización se basa en dedos
buenos y malos, que son aplicados a notas buenas y malas.
Pautas:
En las escalas:
Las fuentes españolas, desde el
siglo XVI, describen dos tipos fundamentales de digitaciones:
- Unas digitaciones basadas en la alternancia de grupos de dedos, sin emplear en general el pulgar: en mano derecha 3434 para subir y 3232 para bajar. En mano izquierda 3232 ó 2121* para subir y 3434 para bajar. (Venegas 1557, Sancta María 1565, Cabezón 1578, Correa 1626, Arte de Canto Llano 1649)
- En valores más veloces de cuatro notas, agrupación de los dedos empleando el pulgar 1234 ó 4321. Bermudo dice que estas son buenas para “pasos largos, no todos lo hacen, pero sí los buenos tañedores” (Bermudo 1555, Sancta María 1565, Cabezón 1578, Correa 1626.
*NB: El empleo del pulgar llega antes
en mano izquierda, quizás se deba a que los antiguos organistas medievales
empezaron a emplear éste antes en la mano izquierda para mantener quintas u
octavas mientras discantaban con la derecha.
En valores lentos (semibreves
etc.), se pueden tocar varias notas con un mismo dedo.
En la polifonía se proponen dedos
para determinados intervalos (por ejemplo terceras con 31 ó 42, etc.).
Consideración general:
Es hoy admitido que estas
digitaciones deben emplearse sin dogmatismo, no de manera sistemática, sino
para ayudar a acentuar, a no mover la mano, a tener fuerza en los dedos. Es
necesario recordar que estas instrucciones son preliminares, para principiantes,
y —en palabras de Hernando de Cabezón— “esto se pone para los que no saben ninguna cosa tañer… después
toparan glosas que no se podrá tener este orden de dedos, cada uno las haga con
los dedos que mejor se amañare”. También dice Correa que “toda esta materia de trueque de dedos,
pertenece ya para maestros, a los cuales basta abrirles este camino, para que
ellos con su ingenio lo acaben de perfeccionar, y suplan lo que a este tratado
le falta”.
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